¿La Curia de Roma es reformable?
2013-08-18
La Curia Romana está formada por el conjunto de los organismos que ayudan al Papa a gobernar la Iglesia dentro de las 44 hectáreas que rodean la basílica de San Pedro. Son algo más de tres mil funcionarios. Nació pequeña en el siglo XII, pero se transformó en un cuerpo de peritos en 1588 con el Papa Sixto V, forjada especialmente para hacer frente a los reformadores, Lutero, Calvino y otros. En 1967 Pablo VI y en 1998 el Papa Juan Pablo II trataron, sin éxito, de reformarla.
martes, 20 de agosto de 2013
domingo, 4 de agosto de 2013
Entrevista sobre el Papa.
“Brindo por el papa, pero como mujer, cristiana y feminista, el cabreo lo tengo”
Olivia Carballar / Sevilla / 4 ago 2013
Piedad Yélamos se despidió la otra noche, antes de irse de
vacaciones, del párroco y el vicario de su parroquia, Santa Justa y
Rufina, en Triana (Sevilla). Y salió el tema. “A mí el papa Francisco me
ha dejado planchada”, afirma esta mujer de 66 años, que define su vida
como una “respuesta a la fe en Jesús y su mensaje”. Las declaraciones
del nuevo pontífice sobre temas como la laicidad del Estado o los
homosexuales han supuesto una revolución, al menos aparentemente, en una
Iglesia aún anquilosada jerárquicamente. “Esa puerta está cerrada”,
dijo el papa, sin embargo, sobre la posibilidad de que las mujeres
puedan ser sacerdotisas.
“Me parece fatal. He luchado muchísimo por eso, porque la mujer es la que realmente lleva la Iglesia. Si tú dices un día en una misa ‘aquí no entran mujeres’, que cuenten los hombres que hay“,
sostiene Piedad. “¿Por qué no tiene derecho la mujer a un ministerio?
Jesús se le apareció a una mujer, dio su mensaje a María Magdalena. Pero
quieren “Brindocontentarnos a nosotras con el regalito de dar la comunión“,
continúa. Piedad Yélamos, que de joven llegó a limpiar con estropajo y
jabón los bancos de la iglesia, que durante más de 25 años ha impartido
catequesis, que ha dirigido y dirige un coro y que ha estado en continuo
contacto con los jóvenes, insiste en que a la Iglesia, a pesar de estos
signos de apertura lanzados por el nuevo papa, le queda mucho para
vivir en el siglo en el que estamos.
En este que apenas lleva cumplidos 13 años, varios arzobispos han
pronunciado barbaridades como las siguientes: “La mujer que aborta mata a
un niño” y, por tanto, “da a los varones la licencia absoluta de
abusar” de su cuerpo. La Virgen María es el “modelo de auténtica
liberación de la mujer”, que puede “realizarse en el matrimonio y la
virginidad”. ”La mujer no sólo debe cambiar su forma de vestir sino sus
actitudes. Se ha perdido el pudor en la familia”. Es una pequeñísima muestra de la humillación a la que ha sometido a las mujeres la jerarquía católica a lo largo de la historia.
“La jerarquía sigue condenando determinados sectores como los
homosexuales, los divorciados. Y el machismo, la discriminación de las
mujeres es brutal. Además, que si la ropita, que si la manguita…”, dice.
¿Por qué no aceptan a mujeres sacerdotisas? ¿Tienen miedo a que lo
hagamos mejor? ¿Tienen miedo a que los pervirtamos?, se pregunta
irónicamente Piedad. La investigadora Pura Sánchez, que ha analizado la
represión de las mujeres en el franquismo, destaca varios pasajes
recogidos por el Arzobispado de Sevilla en 1938, como la Carta I de San
Pedro: ”Las mujeres estén sujetas a sus maridos, las cuales ni traigan
(…) descubiertos los cabellos, ni se cerquen de oro (…) sino su aderezo
sea en el interior que está en el corazón escondido”.
“Incomprensiblemente, hay mucho machismo cuando las pastorales están
llenas de mujeres, mujeres comprometidas con la inmigración, con
Cáritas… La iglesia está viva por la mujer, sin la mujer la iglesia no seguiría adelante“.
Piedad, no obstante, confía en que algún día florezca lo que se está
sembrando: “La mujer no puede tirar la toalla, hay que seguir luchando,
no nos podemos callar”.
LOSA PESADA
Mercedes López Herrera, presidenta de la Asociación Mujeres y
Teología de Sevilla, que lleva reivindicando años y años el papel de las
mujeres en la iglesia, saca dos conclusiones de las declaraciones del
papa. En primer lugar, ha dicho lo que ningún otro se ha atrevido a
decir: “Está dando pasos con coherencia. Ha puesto a las religiones en su lugar
y está hablando para que todo el mundo lo entienda”. Y, en segundo
lugar, López Herrera considera que tiene que seguir dando pasos, sobre
todo, en lo referente a la mujer. Por lo primero, dice bromeando,
“brindaría con cava con él”. Por lo segundo, se tomaría un café y le
cantaría las cuarenta: “Porque como mujer, cristiana y feminista, el cabreo lo tengo“.
López Herrera es consciente de la losa tan pesada que tiene que mover
el papa: “Él es humano, no es Superman, y veremos si esos pasos tienen
consecuencias directas”. De momento, no le chirría tanto la frase “la
puerta está cerrada” porque considera que es una mera repetición del
mensaje anterior, del establecido, y no algo que surja de él. “Yo creo
que la estrategia es buena y tengo serias esperanzas de que el papa
tenga sus cartas guardadas y está marcando los pasos para ir debilitando
posiciones -Rouco se debe estar comiendo las uñas- e ir abriendo los
cerrojos de esa puerta cerrada que se abrirá a lo grande con menos
conflicto”, afirma López, que critica también la cultura patriarcal
defendida por muchas mujeres. “Yo me siento ahora más cercana a
las estrategias que pueda tener escondidas el papa Francisco que de otra
gente que ni siquiera se plantea el status quo. La ideología
machista tiene que ir pegando un giro”. Mercedes, por si acaso, mantiene
una ceja en alto, no puede bajar la guardia.
“La mujer siempre ha tenido un papel fundamental en la iglesia y
nunca hemos fallado, a pesar de estar en la retaguardia. La iglesia sin
la mujer no es la misma”, sostiene Susana Herrera, periodista y
presentadora del programa cristiano Testigos hoy, en Canal Sur.
“Son las que hacen las grandes cosas y atienden todo tipo de
necesidades: tanto en misiones como limpiando la iglesia”, añade. Esta
mujer cristiana considera que, a pesar de los avances, la igualdad es como un puzzle donde todavía quedan muchas piezas por encajar, como el hombre.
Y en ese puzzle tiene que encajar también el hombre”. Cree que el papa
está pisando fuerte, “mirando el cielo, pero con los pies en la tierra”.
Y podría no ser, podría ocurrir que no se abrieran las puertas del
sacerdocio a las mujeres. “Pero con este papa, también podría ser”,
concluye.
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