domingo, 27 de mayo de 2012


El catecismo de Wert
De todos los sueños utópicos el más peligroso ha resultado ser la enseñanza pública. ¡Qué derroche de profesorado, de tiza, de aulas, becas e investigación!
                                                                                Concha Caballero 
                                                                               25.5.2012 El Pais.
Ya es oficial: no eran nuestros gastos los que estaban por encima de nuestras posibilidades sino nuestras ideas. Wert es el ministro que mejor lo ha entendido y ha elaborado un explosivo cóctel mezcla de recortes económicos, prejuicios políticos y un marcado sectarismo ideológico. A partir del próximo curso las escuelas no enseñarán respeto alguno a las opciones sexuales, se considerará un único modelo de matrimonio o de familia y se suprimirán las referencias a la homofobia o al machismo en los manuales de Educación para la Ciudadanía. Respetar las diferentes opciones sexuales y fomentar la igualdad eran un peligroso adoctrinamiento para las mentes adolescentes que deberían tener claros los diferentes roles sociales masculinos y femeninos, o como diría Gallardón, de mujer-mujer y hombre-hombre.
Los valores de la paz, el diálogo y de la convivencia serán sustituidos por un cántico a la propiedad privada y a la actividad empresarial, para mayor gloria de los mercados que dominan nuestras vidas. Se eliminarán los temas que explican las causas de la pobreza y se intentaba instruir al alumnado en los peligros del nacionalismo excluyente, o sea, de todo tipo de nacionalismo que no haga ondear la bandera española, pero el ceño fruncido de sus únicos socios ha modificado el texto, que no el contexto de este catecismo.
No fuimos conscientes del dispendio que suponía tratar a los seres humanos como tales y brindarles los cuidados sanitarios sin preguntarles su raza, su procedencia o su condición social. Estoy segura de que, al menos, un euro de cada mil se malgastaba en semejantes utopías propias de los que pensamos por encima de nuestras posibilidades. Por eso, tampoco la xenofobia o el racismo serán combatidos en las aulas. Nuestras ideas deben ser productivas y normativas, lejos de todo ideal comunitario; deben contribuir a aumentar la propiedad y ahuyentar el altruismo; deben fomentar el conformismo social y desterrar la conciencia crítica.
De todos los sueños utópicos el más peligroso ha resultado ser la enseñanza pública. ¡Qué derroche de profesorado, de tiza, de aulas, becas e investigación! Más horas, más alumnos, menos profes, menos salarios son una solución perfecta que tiene el aval indiscutible de 40 años de franquismo.
El ministro de Educación proclama que la enseñanza es obligatoria y gratuita solo hasta los 16 años, aunque con una pequeña reforma los jóvenes de 15 con dificultades podrán salir del sistema. Nos anuncia que paulatinamente habrá que pagar el 100% del coste de la enseñanza, desde el bachillerato y los ciclos profesionales hasta la Universidad. La enseñanza superior —nos sugiere— es un lujo de una sociedad enferma que soñó con trasladar la igualdad de oportunidades a las aulas. Se instalarán en las universidades barreras que solo se abrirán con el tintineo del money, money. No obstante, admitirán algunos genios sin ingresos a los que recordarán continuamente la generosidad que se les brinda.
Como ven eran nuestras ideas, que no nuestros gastos, las que estaban por encima de sus intereses. Nos repiten que es preciso erradicar y abominar de todo concepto de igualdad porque, indefectiblemente, nos lleva a aumentar el gasto público. El egoísmo y la segregación, por el contrario, son doctrinas económicas y restrictivas. Para esta operación se hace preciso amputar las conciencias, adormecer los sentimientos, criminalizar los conflictos y confrontar al que tiene poco con el que no tiene nada.
Con este mandato enviaron comisarios que han podido verificar la debilidad de nuestras instituciones, el conformismo de nuestros políticos y la fragilidad de nuestra propia conciencia. Su informe aconsejaba una intervención rápida seguros de que los costes serían mínimos.
Por eso, en pocos días, acaban de embargar nuestros sueños. Han cerrado la puerta de los servicios públicos a todos los que, sin ser yo, formaban parte de mi esperanza. Solo esa marea verde llena de voces jóvenes y rejóvenes sigue actuando por encima de sus posibilidades y pidiendo antorchas para iluminar estos tiempos oscuros.

martes, 8 de mayo de 2012


Creo en Dios Madre Todopoderosa

 


¿Podría el Credo de nuestra fe empezar así? Yo creo que sí, ¿acaso no es tan válido decir Dios Padre como Dios Madre?. Tanto padre como madre son metáforas, y usar siempre metáforas masculinas como padre, rey, señor, hace que finalmente estas se tomen literalmente convirtiendo al Dios vivo en un ídolo.
Dice Eckhart Tolle: La palabra Dios se ha convertido en un concepto cerrado. En el momento en que se pronuncia, se crea una imagen mental, quizá ya no la del anciano de barba blanca, pero sí una representación mental de alguien o algo externo a uno y, casi inevitablemente, algo o alguien masculino. (1)
Esta exclusividad de imágenes masculinas crea una idea injustificada de que lo masculino tiene más en común con la divinidad que lo femenino. O, como observa Carol Christ, una mujer se puede ver creada a imagen y semejanza de Dios sólo haciendo abstracción de su corporeidad, pero no podrá tener la experiencia que está disponible para cualquier varón de afirmar su identidad sexual siendo imagen y semejanza de Dios.
Muchas mujeres ya no nos sentimos cómodas con una espiritualidad, unas oraciones y una liturgia que usa casi exclusivamente imágenes de Dios masculinas ¿Dónde estoy yo como mujer en “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”, o en “Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abraham nuestro padre en la fe y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec”? Porqué el Dios de nuestros Padres y nunca de nuestras Madres, o porqué nunca el Dios de Sara, de Agar, de Rut.
¿Con qué imágenes femeninas de Dios me puedo identificar? “A medida que la teología feminista sugiere nuevas imágenes de Dios como madre, hermana y amiga, su objetivo es encontrar un lenguaje que evoque con frescura, para nuestro tiempo con su luchas particulares, el amor inclusivo, compasivo y apasionado de Dios por toda la creación que es proclamado en el mensaje, y la vida, muerte y resurrección de Jesús. Es una búsqueda de una comprensión más adecuada de Dios que se refiera a la experiencia de las mujeres que han sido marginadas en la Iglesia, excluidas de un reconocimiento y participación plenos durante siglos.” (2)
Pero en esto del lenguaje acerca de Dios hay que ser muy cuidadosas para no caer en dualismos. El peligro es asignarle a Dios características, o dimensiones femeninas, de por sí arbitrarias, porque, ¿quién decide qué forma parte de la naturaleza femenina o masculina? Las mujeres hemos empezado a responder a esta pregunta con nuestra propia voz, y a reclamar para nosotras el rango completo de cualidades humanas, invitando a los varones a descubrir lo que ellos también han perdido en las descripciones sesgadas acerca de lo que es ser varón o mujer dice Elizabeth Johnson. Hablando de Dios los teólogos han subestimado la verdad de que Dios no tiene características femeninas y masculinas, más bien podemos afirmar que “las mujeres son capaces de simbolizar el misterio pleno de Dios de manera tan adecuada, o inadecuada como lo han hecho las imágenes masculinas.”(3)
Incluir imágenes femeninas de Dios sería un primer paso importante, pero no tenemos que detenernos allí, porque seguir viendo a Dios con forma humana, antropomórficamente, es, a mi modo de ver el obstáculo más importante que hoy tenemos al hablar de Dios. Por eso quiero terminar mi reflexión citando textualmente a José Arregui que lo dice tan bellamente:
Dios no es un Ente, ni es Algo, ni es Alguien con psicología y sentimientos como los nuestros. Dios no interviene desde fuera cuando quiere. Dios no tiene por qué encarnarse, pues es la Carne del mundo, el Ser de cuanto es, el Corazón de cuanto late, el Verbo activo y pasivo de toda palabra, el Dinamismo de toda transformación, la Ternura de todo abrazo, el Tú de todo yo y el Yo de todo tú, la Unidad de toda diversidad y la Diversidad de toda unidad, la luz de toda mirada, la conciencia de toda mente, la Belleza y la Bondad que sostienen y mueven al universo en su infinito movimiento, en su infinita relación.
(1)ECKHART TOLLE. El Poder del Ahora. Norma S.A. Bogotá 2000. Pag 4
(2) ANNE E. CARR. Transforming Grace. The Continuum Publishig Company, New York 1998. Pag 147
(3)ELIZABETH JOHNSON, Quest for the Living God. Mapping Frontiers in the Theology of God. The Continuum Interntional Publishing Group Inc. New York 2007. Pag 109
27.04.12. RD.

lunes, 7 de mayo de 2012


Inquisición Siglo XXI
Carmiña Navia Velasco
Cali, Mayo de 2012

La actitud de los obispos en la mayoría de las Conferencias Episcopales y las condenas del órgano inquisitorial vaticano, se están haciendo cada vez más insoportables. Cada día hay menos razones para aceptar las posturas de una jerarquía eclesiástica que olvidó hace ya tiempo los caminos del evangelio de Jesús. Una jerarquía que en lugar de acompañar esparce por aquí y por allá semillas de sufrimiento y de condenas monológicas, que por otro lado a poca gente importan ya.
 Recientemente la Conferencia Episcopal colombiana decidió que en el siglo XXI, cuando las sociedades de Occidente han llevado a cabo revoluciones radicales en sus maneras de vivir y de entenderse, no hay más que un tipo de familia… familia que quizás existe en sus manuales -que no en sus prácticas-, pero que en el conjunto social, si llegan a encontrarse todavía, son una ínfima minoría.
 Desde esta decisión, se oponen a que homosexuales y lesbianas puedan organizarse emocional, afectiva y socialmente, como deseen, como sea mejor para su estabilidad y su ubicación social. Desconoce los matrimonios entre parejas del mismo sexo, se opone militantemente a que estas parejas puedan adoptar y educar hijos e hijas… todo ello con el argumento de que no constituyen, ni pueden constituir una familia, porque la familia –según ellos, célula de la sociedad- está compuesta por una mujer, un hombre y los hijos nacidos de esa unión.
 Cómo dije ya, ¿quién ha decretado que sólo esa familia existe, cuando se trata de un modelo en vías de extinción? ¿En dónde arraigan ellos su autoridad, para desconocer los múltiples tipos de familia, que mujeres y hombres buscan hoy? La iglesia, en lugar de acompañar de cerca las búsquedas humanas actuales, se sitúa en un plano a-histórico y a-espacial para condenar realidades sagradas desde las que la Divinidad nos habla.
En este mismo sentido la Conferencia Episcopal española condena (¿?) a un teólogo del peso académico y de la solvencia intelectual de Andrés Torres Queiruga, por el simple hecho de querer dialogar desde la tradición cristiana con las inquietudes, el pensamiento y los sentires de hombres y mujeres de estos años 2000. Si no fuera porque aún a mucha gente estos absurdos le generan dolor y porque pueden desorientar a las mentes y conciencias sencillas, las declaraciones eclesiales de condena producirían hoy risa. Porque no se condena las prácticas de abusos sexuales, las inmensas injusticias económicas, las múltiples violencias, la depredación del planeta, la usura de los financieros que están produciendo esta crisis… Eso no se condena, no. Se condenan prácticas de amor y de diálogo, de búsqueda intelectual, de renovación en las prácticas religiosas, se condena el empeño de actualizar las representaciones teológicas y las relecturas de la palabra Bíblica.
 El broche de oro de esta carrera de equivocaciones y estupideces lo constituye la recién condena a la Asociación de Religiosas Norteamericana. Se les condena, se les pone bajo tutela, porque -dicen desde el vaticano- que son demasiado feministas, que no comparten el pensamiento eclesial sobre los gay y sobre la polémica alrededor del aborto y de los finales de la vida y el sufrimiento que conllevan.
 ¿Cómo se pueden compartir posturas que perdieron la llave de sí mismas, alrededor de temas tan vitales y tan oscuros cómo esos límites entre la vida y la muerte… alrededor de condenas a prácticas sexuales que han existido siempre y que son expresiones diversas de la constitución del hombres y la mujer? ¿Cómo se puede desconocer el trabajo y las prácticas de amor y sororidad de las religiosas de este país que por siglos han acompañado a las gentes en sus búsquedas de realización, de luchas y de amores? ¿Cómo se puede vivir actualmente de pretendidas ortodoxias, en la sociedad de la vulnerabilidad y de lo efímero?
 La iglesia romana no puede pretender seguir cerrando el pensamiento y la conciencia de la humanidad, en un cautiverio perpetuo. Porque a nivel religioso y espiritual los hombres y las mujeres de Occidente hemos entrado en la mayoría de edad y la búsqueda del ámense unos a otros como yo los he amado,  no pasa ya por candados de los cuales las llaves las esconden autoridades que no se ejercen ni en el sentido bíblico, ni mucho menos en el democrático. Afortunadamente la experiencia de la Divinidad y el acercamiento al maestro de Galilea no pasan más por las oficinas de Roma (ciudad imperial por excelencia). Como dice Ezequiel desde hace más o menos 28 siglos: Tiemblen esos pastores.
 http://colombiasupport.net/2012/05/twenty-first-century-inquisition/