Escribe: Pepa Torres
http://entreparentesis.org/catolics-protestantes-caminos-reconciliacion/
Inicio este post citando al Porvenir, no sólo como sinónimo del Futuro al que deseamos abrirnos con esperanza, talante dialogal y buen ánimo, sino a un colegio protestante,
situado en la calle Bravo Murillo y que es todo un símbolo de la
presencia de iglesia evangélica en Madrid. Fundado en 1887 por el pastor
y médico alemán Federico Fliedner y su mujer Juana Brown,
le tengo especial aprecio porque su historia tiene también que ver con
la mía. La congregación de la que formo parte, fundada por Luz R. Casanova nace en esa misma época teniendo entre sus fines contrarrestar los efectos de la evangelización protestante en las periferias y suburbios del Madrid de esa época.
Gracias a Dios y a la lectura del carisma desde otro paradigmas y teologías el celo por neutralizar la evangelización protestante se fue releyendo y reinterpretando entre nosotras, a partir del Vaticano II y de la Conferencia de Puebla en pasión por la evangelización de los empobrecidos y sus contextos, dejándonos evangelizar por ellos y
en ese camino es en el que andamos como institución, conscientes de los
errores del pasado y del largo camino que nos queda por recorrer.
En este nuevo año que iniciamos se conmemoran los 500 años de la Reforma luterana y es bueno empezarlo tomando conciencia, como ha dicho recientemente el papa Francisco, que el acercamiento nos hace bien a todos y la distancia nos enfrenta, porque como recoge el documento “Del conflicto a la comunión”, elaborado en el 2013 por la Lutheran-Roma Catholic Internacional, es más lo que nos une que lo que no separa
y por eso tenemos que seguir dando pasos en el camino hacia la unidad
avanzando en los cinco imperativo ecuménicos que propone:
- Fortalecer lo común.
- Dejarse transformar mutuamente, a través del testimonio mutuo de la fe.
- Buscar la unidad visible.
- Redescubrir conjuntamente la fuerza del Evangelio de Jesucristo para nuestro tiempo.
- Dar testimonio conjunto de la Gracia de Dios en el anuncio y el servicio al mundo.
El ecumenismo sigue siendo una tarea pendiente
que el papa Francisco con sus gestos y palabras tiene una clara
intención de impulsar y que es un sueño del que participamos muchas
mujeres teólogas.
Muchas de nosotras, desde El Fórum Ecuménico de mujeres o la Asociación de Teólogas de España, o los grupos de Mujeres y Teología, llevamos también muchos años tejiendo relación, encuentros, proyectos en común con nuestras hermanas protestantes y trabajando juntas por la recuperación de la historia de las mujeres, también de la Reforma.
A Mireia Vidal,
teóloga y profesora del SEUP ( Facultad de Teología de la Iglesia
evangélica) la debo personalmente que me haya dado a conocer mujeres
como Marie Dentière, mujeres de gran talla humana y creyente y marginadas por una historia, escrita en masculino. Marie
Dentière, nació en Bélgica en 1495 y murió en 1561. Abandonó el
monacato y se adhirió a la Reforma tras escuchar una predicación de
Lutero que la conmovió. Defendió el ministerio femenino frente a sus
detractores y fue una gran predicadora y estudiosa de la Biblia que
sufrió persecución e incomprensión no sólo por parte de la Iglesia
Católica, sino también por parte de la iglesia protestante.
Muchos de sus escritos y cartas fueron prohibidos, y destruidos por denunciar la escasa participación de las mujeres en la Reforma.
En Ginebra Calvino prohibió la publicación de todo texto escrito por
una mujer durante el siglo XVI, así la reformadora más importante de su
época tuvo que refugiarse en los pseudónimos para que sus escritos
llegaran hasta nosotros.
Aún nos queda mucho por reconciliar, pero como nos anima la Semana de Oración por la unidad de los cristianos y cristianas de este año “El amor de Cristo nos apremia”.
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