viernes, 11 de diciembre de 2015

MARGOT BREMER



La teóloga Margot Bremer
"El Papa Francisco está en la línea contra el enemigo común, el neoliberalismo"
Margot Bremer: “Laudato Si es una llamada a cambiar con urgencia un mundo que nos lleva al abismo”
"Los pueblos indígenas nos muestran la riqueza de los excluidos"
Luis Miguel Modino, 09 de diciembre de 2015 a las 19:03
Cuando decimos que tenemos que cuidar de la naturaleza, tenemos que entender que la Madre Tierra nos cuida a nosotros y que tenemos que entrar en una relación de reciprocidad 

(Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en Brasil).- Dentro de la vida religiosa nos encontramos con gente que quiere hacerse presente entre los descartados, entre aquellos que la sociedad quiere colocar del lado de fuera del sistema. Su presencia en estos ambientes no siempre es entendida, ni desde dentro ni desde fuera de la Iglesia, inclusive desde la propia vida religiosa.
Margot Bremer es religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, y desde hace más de veinte acompaña y, junto a algunos antropólogos, estudia la vida de los indígenas y campesinos paraguayos. Nacida en Alemania, pasó más de diez años en España y en ese tiempo entabló amistad con Dolores Alexandre, una de las biblistas españolas más reconocidas en las últimas décadas, y que también pertenece a su misma congragación. Además de su labor con los indígenas también colabora en la formación de religiosos y religiosas y seminaristas.
En esta entrevista, realizada en el transcurso del II Congreso Continental de Teología, que tuvo lugar semanas atrás en Belo Horizonte, Brasil, nos habla sobre la vida de los pueblos originarios paraguayos y su relación con la naturaleza, mostrando cómo aprende con ellos en el día a día.
¿Qué podemos aprender de los pueblos indígenas?
Los pueblos indígenas nos muestran la riqueza de los excluidos, pues no se les puede encuadrar en la categoría de pobres y sí de excluidos. Es necesario establecer con ellos una relación de reciprocidad en la diversidad. Los indígenas son diferentes, pero eso no quiere decir que sean inferiores, y tienen muchas cosas que nosotros hemos perdido o nunca tuvimos.
¿Por qué ellos son vistos por muchos como gente de segunda categoría, como incivilizados?
Eso es fruto del colonialismo. Lo que ha llevado a que, a veces, el colonizado quiere ser como su colonizador, y eso es lo más trágico.
¿Cómo se relacionada hoy en día la Iglesia Católica con los pueblos indígenas?
Paraguay se divide en dos regiones totalmente opuestas, el Chaco, donde vive el 65% de la población, la mayoría perteneciente a los pueblos indígenas chaqueños, y la otra región, que es muy fértil y boscosa, donde viven los guaraní, que se subdividen en cinco grupos. Estos guaranís son no los colonizados hace quinientos años, sino los que se escondieron en los bosques, que hoy en día son talados. Estos guaranís no son católicos, tienen su cultura y religión y la Iglesia trabaja con ellos defendiendo sus derechos humanos y su promoción.
Como asesora teológica de la Coordinación Nacional de Pastoral Indígena, que forma parte de la Conferencia Episcopal Paraguaya, fomentamos ese diálogo interreligioso e intercultural para reforzar su cultura y religión a partir de la reciprocidad en la diversidad, que es el fundamento de su convivencia.
Que ese es el camino, hacer un acompañamiento, más que querer convertir, que durante mucho tiempo fue la actitud de la Iglesia y que todavía hoy está presente en la mente de algunos. Descubrir que acompañando se enseña y se aprende...
Acompañar y hacer alianzas contra el enemigo común, que es el neoliberalismo.
Que es un aspecto que el Papa Francisco criticó en el Discurso a los Movimientos Populares en su viaje a Bolivia el pasado mes de julio, calificando al capitalismo de "estiércol del diablo".
Eso muestra que el Papa Francisco también está en esta línea.
 ¿Y cómo es la realidad en otras regiones del país?
En la región occidental, en el Chaco, que es muy inhóspito, es sabana, allí vive una gran pluralidad de pueblos indígenas. En los últimos 90 años se han hecho presentes tres grupos cristianos diferentes, los menonitas, los anglicanos y los católicos, a través de los religiosos oblatos. En aquella época había un método de evangelización que hoy rechazamos totalmente, que era sacar a los niños de las familias para meterles en internados e imponerles una educación y una religión completamente occidentales. Esto ha provocado que hoy estén indefensos, pues han perdido mucha identidad, haciendo que su estructura organizativa esté quebrada y se les haya impuesto una estructura parroquial.
Un padre oblato recogió hace unos 50 años los últimos mitos indígenas, que ahora los misioneros les estamos enseñando de nuevo, lo que para ellos es una novedad. Lo que se pretende es que el Evangelio sea inculturado en las formas religiosas elaboradas por sus ancestros.
Los indígenas tienen una relación diferente con el medio ambiente, con la Madre Tierra. ¿Qué enseñan los indígenas a las culturas occidentales sobre la dimensión ecológica?
Ellos no se conciben como dueños de la Tierra, ni como el centro, sino como parte de la Tierra y de la naturaleza, teniendo una relación vivencial con todos los seres vivientes de la Tierra, pues cada uno de los seres tiene un espíritu protector con el que se comunica. Dicen que los árboles pueden hablar, escuchan, descubren la sabiduría que hay en la interrelación entre la diversidad de plantas y animales, creando un equilibrio entre flora y fauna. Esto lo descubren como la relación de la sabiduría de Dios en su creación, queriendo entrar en el ritmo y en la obediencia a esas leyes de vida que descubren como divinas.
En ese sentido, ¿cómo va a ayudar la Encíclica "Laudato Si" para una mejor relación con nuestra Casa Común?
El Papa no dice directamente que esto es la cosmovisión indígena, aunque lo es. La Encíclica es una llamada a cambiar con urgencia un mundo que nos lleva al abismo. Tenemos que cambiar la dirección de querer un progreso infinito, que podemos ir hacia adelante continuamente y que todo el pasado es caduco. Vivimos en un tiempo en que la técnica nos domina y todo se queda atrasado en muy poco tiempo, con lo que entramos en una necesidad de consumo. Es en ese sentido que el pasado es desvalorizado, lo que vale es el presente y se crea una expectativa infinita hacia el futuro a nivel tecnológico, lo que nos engaña.
Frente a eso los indígenas vuelven a las raíces. Ellos también enfrentan un cambio de situación, similar al cambio de época que vive la cultura occidental, provocado por el neoliberalismo, con sus valores y antivalores. Ellos sienten la necesidad de volver a su proyecto fundacional, buscando allí la dirección para los tiempos actuales, buscando los signos de los tiempos que pueden ser asumidos desde este proyecto fundacional, que está en sus mitos, para encontrar un camino a seguir, ya que ellos se sienten itinerantes, siempre en camino a la busca de la Tierra Sin Males, experimentando este camino como una prueba para superar las dificultades y crecer para llegar a la plena madurez junto con la Madre Tierra. Cuando decimos que tenemos que cuidar de la naturaleza, tenemos que entender que la Madre Tierra nos cuida a nosotros y que tenemos que entrar en una relación de reciprocidad.
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2015/12/09/margot-bremer-laudato-si-es-una-llamada-a-cambiar-con-urgencia-un-mundo-que-nos-lleva-al-abismo-religion-iglesia-ecologia-indigenas.shtml

1 comentario:

Reyna Paz Hdez. dijo...

Agradecimiento a la teologa Margot Bremer por su estudio de investigacion, su compromiso con los pueblos originarios y su amor a ellos. Nos ayuda a reflexionar, abrir horizontes, conocer la cosmovision de estos pueblos excluidos, desafortunadamente, y claro, terminamos enriquecidos de su sabiduria, don de Dios.