La práctica de Jesús y las primeras comunidades, aun con muchas tensiones al interior de ellas mismas, inauguró la ekklesía de iguales como
un espacio abierto y dinámico que subvirtió las jerarquías patriarcales
y las clases sociales por las que se regía la sociedad del momento e
inauguró también unas nuevas relaciones de género. Pero en su
inculturación al mundo greco-latino terminó optando por la adaptación en
muchos aspectos y uno de ellos fue sin duda, el de la subordinación de
las mujeres hasta que el protagonismo femenino fue progresivamente
neutralizado y silenciado como reflejan los Códigos domésticos y las
Cartas Pastorales (1 Pe 2,18-3,7),(1 Tim 2,12-15).
A partir del siglo II, el
modelo de organización que se impondrá en la iglesia, concentrará en la
figura del obispo buena parte de los carismas de liderazgos y
proféticos, en deterioro de otros modelos más comunitarios y
ministeriales que existían en ella. Laicos y mujeres saldremos perjudicados......http://entreparentesis.org/diaconado-femenino-perspectiva-genero/
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