Feministas Pro Derechos con la
Revuelta de las Mujeres en la Iglesia
- ¿Si hemos esperado 20 siglos, tendremos que
esperar otros 20 para ver lograda la deconstrucción del patriarcado
eclesial?
·
Somos mujeres creyentes, educadas en la fe y por opción seguidoras
y discípulas de Jesús de Nazaret, este hombre que, sin saber de feminismo,
intentó cambiar, con su hacer transformador, el trato con las mujeres y con
todas las personas que en aquella sociedad judía estaban estigmatizadas y, por
tanto, excluidas de relaciones sociales y comunitarias.
·
Esta fe es la que hace que nosotras, junto a mujeres creyentes y
no creyentes, comprometidas en la defensa de los derechos humanos y activistas
en la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) apoyemos la Revuelta
de las Mujeres.
·
La Iglesia es y continúa siendo heredera, en algunos aspectos, del
judaísmo, cuando sigue dando la primacía a los varones y silenciando a las
mujeres, incluso reforzando categorías y roles patriarcales que han devaluado
el trabajo de las mujeres, invisibilizándonos, inculcándonos sumisión
y, en fin, acallando a veces con desprecio la formación y cualidades que hemos
puesto y continuamos poniendo en juego, sin tener posibilidades de participar
en los órganos de decisión y gobierno. Lo vivido en el espacio eclesial respecto
al patriarcado lo compartimos en todos los ámbitos sociales, donde también,
durante siglos, las mujeres hemos venido siendo silenciadas.
·
Hace años la Revista Alandar sacó una colección de cuentos (15
sueños y una sueña de Martin Valmaseda), y uno de esos relatos, titulado “He
tenido una sueña”, revela de forma gráfica y humorística como los templos se
quedarían vacíos sin las mujeres, si no hubiéramos estado ahí y continuáramos
estando.
·
En las redes sociales del movimiento la ‘Revuelta de las Mujeres
en la Iglesia’ encontramos estas palabras: “Somos mujeres creyentes
comprometidas con la causa de Jesús que luchamos por la renovación de la
Iglesia y la transformación social. Queremos alzar la voz y manifestarnos por
la profunda discriminación que sentimos en la Iglesia: ¡Basta ya! ¡Hasta
que la igualdad se haga costumbre! o aquel otro grito, ¡si las mujeres
callamos, gritarán las piedras!”.
·
La explosión de salida de aquel marzo de 2019 fue el inicio de la
toma de conciencia de las mujeres católicas, con un “¡Basta ya!”. También, ese
8 de marzo de 2019, multitud de mujeres, principalmente, ocupamos las plazas y
calles de nuestras ciudades unidas bajo el grito de “¡Basta ya de
desigualdades, de opresión, de sumisión!
·
Ambas manifestaciones no surgieron en un día, sino que a través de
los años los diversos feminismos han venido gestándose en el interior
de los movimientos hasta reunir las sinergias suficientes para salir a la
calle. Uno y otro confluyen y, es más, las mujeres de la Iglesia también participamos,
reflexionamos, debatimos en los movimientos feministas como bien lo dice Pepa
Torres, Trabajadora Social y Teóloga, religiosa, que en el barrio de Lavapiés
en Madrid va entretejiendo su vida con las personas vulnerables del barrio,
haciendo camino de liberación.
·
Los testimonios de Christina Moreira, 1ª Presbítera de la Iglesia
Católica; Javier Baeza, párroco de San Carlos Borromeo en Madrid; Pepa Monleón,
pedagoga, del colectivo Mujeres y Teología; y otras más que aparecen en este
vídeo expresan claramente cuáles fueron las motivaciones de la Revuelta:
·
Detrás y delante o de fondo hay teólogas internacionales como la
brasileña Ivone Gebara, la alemana Elizabeth Shussler Fiorenza y la americana
Elisabeth A Johnson, las alemanas Voices of Faith y Catholic Women’s
Council, que es un grupo global de redes católicas romanas que trabajan por el
pleno reconocimiento de la dignidad y la igualdad en la Iglesia, al que nos
hemos afiliado las españolas. Se han atrevido, como alguna de ellas dice,
a ponerse las gafas moradas y ver el mundo y la realidad con otros ojos, mirada
que confluye con la denuncia que hacemos las mujeres en distintos ámbitos,
exigiendo la igualdad como sujetos de pleno derecho. Lo exigen y exigimos en el
ámbito académico, en el que hay una gran desproporción entre las teólogas
preparadas y los puestos docentes que ocupan; respecto a los cuidados,
señalando que es una tarea que se aprende, que no está diseñada solo para
mujeres, que el cuidado humaniza, incluido el cuidado de la casa común que
es nuestro planeta; por supuesto, exigiendo el acceso al diaconado y
presbiterado femenino, que durante
siglos han detentado los varones sin ninguna justificación teológica firme y
solo basado en una tradición que se ha perpetuado y anquilosado durante siglos;
optando por una Iglesia, pueblo de Dios y comunidad fraterna que persigue el
proyecto igualitario de Jesús y del Evangelio y no una Iglesia construida sobre
el poder, el autoritarismo y el machismo.
·
En 2021, el Papa Francisco convocó el Sínodo de los Obispos, Por
una Iglesia Sinodal, es decir, una Iglesia, un pueblo de Dios que participa en
todas sus estructuras, interviene y actúa haciendo camino conjunto, viviendo un
proceso al que estamos llamadas todas las personas creyentes y que terminará en
2023. A este proceso se une la Revuelta de las Mujeres o, mejor dicho, añade su
experiencia de sinodalidad, de caminar juntas desde tiempos inmemoriales y
exigiendo igualdad en dignidad y derechos, convocando el Sínodo de las Mujeres
en octubre de 2022 en Roma, donde se entregarán las conclusiones a las que han
llegado las mujeres creyentes de todo el mundo respecto a la situación de la
mujer en la Iglesia; poder, participación y representación; estructuras y
rendición de cuentas; los sacramentos (bautismo, confirmación, penitencia,
eucaristía, orden sacerdotal, matrimonio, unción de enfermos, todos ellos
administrados por varones) y resistencia y esperanza. Es pues, un
movimiento universal de reivindicación de la igualdad y dignidad de las
mujeres, que no tiene marcha atrás.
·
El área de Feminismos de la APDHA está comprometida con todos
aquellos grupos que empoderan a las mujeres que han vivido y que
viven en exclusión y, por lo tanto, que ven vulnerados sus derechos, como es la
experiencia de bastantes mujeres en la Iglesia. Este artículo es expresión de
nuestra complicidad y sororidad con la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia,
porque también algunas de nosotras compartimos este mismo sentir y participamos
de ello.
·
Estamos muy agradecidas a Mercedes López Herrera, que nos ha
proporcionado una documentación valiosa para escribir este artículo y de la que
nos consta su implicación en la Revuelta de las Mujeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario